domingo, 2 de agosto de 2009

Guru-programación.


"Usted se ha perdido" me dijo Cioran muy despacio porque fue a través de la clave Morse de los muertos. No le pregunté quién era pero sentí su presencia, su luz me aplasta hasta tal punto que me da vergüenza decir que él es mi inspiración, mi deseo. Otro demonio jamás hubiera tenido la osadía de imitarlo en vano, de mentirme o pretender ser él (eso último lo hace un demonio como yo). Tanta opresión he sentido al admitir que él es mi única oscuridad, que fue muy difícil convencerme a que comenzara mi propia obra. Él me aplasta. ¿Qué soy yo, sino una huérfana esperando a ser adoptada (que otros reconozcan su sangre en mí)? Tan encaprichada estaba que incluso había establecido paralelismos entre su vida y la mía e iba a hacer más grande la lista escribiendo ficción como él lo haría: siendo violentamente cortés. Ahora las semejanzas de la simetría oculta de la vida iban a servir para desembocar en algo, una entidad de la cual va a emanar toda la sangre que encontré en él y que espero me ayude a producir sangre. Espero vivir en la parte de la dimensión donde si pueda hacerlo, porque a veces siento que la realidad que me ha tocado vivir es aquella en la cual soy inerte, en la cual el gato de Schroedinger está muerto.
Y ahora, con lo difícil que fue empezar con la tarea, me enfrentaba con un fantasma que intentaba disuadirme: "No viva en el infierno de los vivos, no lo haga más grande... si sigue con su empresa, entrará a un mundo tan corrupto que piensa que su propia corrupción es la manera de salvar al mundo o de -al menos- criticarlo. Los autores hablan sobre ellos mismos y piensan que explican la forma en la que funciona el mundo. Son detestables." Le tomó más de dos horas comunicarme esas líneas. Pensé en lo desastroso que era para alguien tan lúcido no poder transmitir sus ideas más rápida y efectivamente y por un momento me sentí más poderosa que él hasta que recordé que la razón por la que me había atraído en primer lugar fue por haber admitido que repudiaba la identidad de su anodino pueblo, mi propio ego se vió reflejado, y me di cuenta que quizás no me hubiera fijado en él -en todo su esplendor- si no hubiera tenido el detallazo de escribirlo y yo la inferioridad de notarlo sólo porque aprecié ese punto en donde mi vida se unía a la de él. Entonces adopté una posición más humilde y se lo hice ver. No hay peor aprendiz que el que nunca lo fue, como Carlitos Castaneda y su Don Juan. Además, él sabía lo que era morir y nada te hace más poderoso que aquello. Excepto tener la habilidad de renacer por supuesto.
"Ahora, no sabes lo que se siente cuando te identifican como inteligente en un pueblo pequeño. Te incluyen en las charlas, te invitan desayunos, te preguntan por libros. Tendrás que estar actualizado con las referencias que se entrecruzan entre los demás letrados, con los programas de radio, con el círculo, con las instituciones que crean de un día al otro el desesperado grupo en búsqueda de memorias artificiales dignificantes. Como el hecho de que de repente aprecien a Kubrick, los Beatles, el flamenco y recuerden al Dr. Expertus con gracia. Si mencionas a algo local, como la ayahusca, sólo será por Burroughs, a quien por cierto veré luego de quitarte la razón. Él me ha contado de ustedes porque estuvo allá y los despreció y luego cuando se enteraron ustedes sintieron lástima por sus calles con polvo y también dijeron FUCHIII!!!! cuando él lo dijo. Más bien lo exclamó, y no se ofendieron. Se ha arrepentido de haber sido lo que fue, el pobre ex-escritor, eso fue lo que lo condujo al infrainfierno, así que si tú decides escribir, estarías sumando un infierno más a los otros dos hoyos apestosos en los que te ha tocado nacer. Piénsalo, nena. Y eso que no estoy diciendo que tienes la capacidad. ("No, usted me habla porque me encuentra menos detestable") Efectivamente, no estás tan deconectada como para que tengas la total impresión de ser un ser pensante en los problemas que has identificado en otra masa, eso es todo, estás viviendo un sueño lúcido sin darte cuenta que en realidad es colectivo." Ahora su discurso fluía directamente a mi mente, ya no necesitaba de aparatos. "¿Y si escribo lo que dice y le pongo mi nombre?" Me reí para mis adentros, donde él también estaba pero no rió conmigo. "¡Así que di en el clavo! Tú nombre, eso es lo que quieres ver impreso, tu nombre. O sino tu presencia. Hazte columnista de periódico. Escribe del día a día, brinda por algún enfoque y ¡SALUD! Tu nombre saldrá cada semana" "No es chistoso, ni siquiera uso mi nombre verdadero, no lo haría por eso" "Ahora eres tú la que no ríes, no es un nombre sino una identidad, tú lo que quieres ser es musa, nena. Quizás Diosa, pero ese término no implica arte para los hombres. Por eso el nombre. Ni siquiera puedes jugar con los conceptos que tú misma haz creado, hiciste tu propio mundo para ser esclava en él. Los intelectuales de tu tierra: tan llenos de poses, tan faltos de frescura. El agobio quizás sea lo único rescatable en ti, refleja la ciudad de la cual provienes. Ellos han hecho que tu ciudad sea más sofocante. Se enorgullecen de sus rasgos tan supuestamente poco característicos de su pueblo, para luego volver a analizar sobre su pueblo, que es para lo único que les encuentran utilidad. A la final es lo único que los identifica, porque siguen siendo genéricos. ¡Sigan plastificando el folclore con técnicas de supuesta vanguardia para crear conciencia de élite!
Algo me dice que esta conversación te va a servir para teorizar en algún desierto de tu cerebro, significando que he gastado mis poderes por nada. LA NADA, ¡qué tiempo más útil el que se toma para crearlo! Pero esta vez va a tener el efecto contrario. Al menos hazme un favor: si escribes, que no te lea nadie, es decir, hazlo en algún diario (o Moleskine, para que te sientas escritora) y que tu único acto de rebeldía en la vida sea tomar una foto con copyright sin permiso. Adiós ética cibernética y canalización espiritual para desinflar el ego. ¡REVIENTALO SIN PRETENDER LLEGAR AL NIRVANA! Adiós, nenita. Nada de ambiciones, aunque por lo que veo en tu mente jamás vas a encontrar el orden que te permita poner tus ideas de manera que suenen a ti. Por favor, JAMÁS, JAMÁS digas que me has leído, no estoy dispuesto a ser el próximo tótem de tu pueblo. Viszlát."

Le he hecho caso en casi todo... yo sólo estaba entusiasmada (estimulada y desmotivada a la vez) por escribir un cuento para un concurso de la Sociedad Femenina de Cultura. Soy mujer, me gusta la cultura y sólo me faltaba entrar en sociedad. Lo tenía casi todo jaja.
Ahora voy a esperar ser musa de alguien... u organizar concursos. Pasividad. Pasividad. Pasividad. Y Derecho.

2 comentarios:

  1. A mí lo de andar reflexionando sobre las huevadas más abstractas y complicadas que puedo (y tonterías de anacoreta: música, dibujos, escritos que jamás mostraré) sólo me ha traído alienación: nadie quiere perder el tiempo en los nudos mentales de otro tipo (no sin un premio sexual de por medio, o plata, o fama).

    De ser "inteligente" a asomar como "intelectual de peso" hay mucho trecho. No obstante, creo que tienes algo de ventaja con esa vacante de 'musa'. A los langarotes como yo no nos ofrecen empleo tan fácil.

    Ah, y al pobre gatito lo mató el contador Geiger, no el mirón que abrió la caja (Si Schrödinger hubiera dicho "el lagarto" en lugar de "el gato", hubiera sido un terrible error de marketing)

    (Sigo comentando huevadas porque todavía no están listas mis hamburguesas-intelectuales)

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  2. Lamentablemente cada vez que tengo mis momentos alienantes algo los arruina. Es como si uno está en una fiesta y todo se ha tornado en una sesión de fotos: la perpetuación de un momento que no se está viviendo por completo (o "al máximo" como dirían los que realizan esta práctica) por la necesidad de que quede grabado. Es muy raro que un tiro haga que dos pájaros mueran al instante, sostengo que no se puede vivir y tomar fotos de que se está viviendo al mismo tiempo. Cada vez que me vienen mis momentos neptunianos siento que los tengo que perpetuar y eso es un verdadero fastidio, ESO si es una pérdida de tiempo. En ese ámbito, siempre conviene fingir que uno es capaz de ver al gato vivo/muerto en esta y otras realidades... cuestión de marketing como tú muy bien señalaste.

    Me encanta que comentes mientras hierva el aceite.

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